La organización de buenos sistemas de recogida y transporte de residuos representa un momento crítico en el proceso global de gestión de residuos, especialmente en el caso de los residuos urbanos.
Hoy en día, la recogida de residuos implica directamente a los ciudadanos, que están llamados a colaborar en el proceso de recogida de residuos de forma responsable. Los sistemas de recogida de residuos utilizados actualmente pueden dividirse en sistemas de “recogida en la calle” y sistemas “puerta a puerta”.
En los sistemas de recogida callejera, la entrega de los residuos debe realizarse en contenedores de volumen determinado, situados permanentemente dentro de las zonas urbanas. En la recogida callejera, los costes de implantación y gestión del servicio son menores, pero se observa generalmente una peor calidad de las fracciones diferenciadas (debido a los errores de los consumidores a la hora de depositar los residuos en los contenedores adecuados).
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Así, la difusión de los sistemas de recogida puerta a puerta ha aumentado progresivamente en los últimos años, en relación con la necesidad de aumentar significativamente la cantidad de residuos recogidos de forma diferenciada (y luego enviados efectivamente para la recuperación de materiales).
Ahora reflexione y trate de determinar los principales componentes (en términos de peso) de los residuos que se producen en su casa durante un mes.
Independientemente del tipo de recogida, callejera o puerta a puerta, un buen sistema debe estar dimensionado para interceptar también la fracción residual de la recogida selectiva. La recogida y el transporte son los primeros pasos. Después, hay que procesar correctamente los distintos tipos de residuos. En el siguiente apartado vamos a ver qué ocurre con la “fracción orgánica”.